El Palio de Siena es junto a San Fermin, la fiesta más espectacular de Europa, se celebra dos veces al año el 2 de Julio y 16 de Agosto, incluye tres vueltas a caballo (a pelo), in Piazza il Campo, pero la excitación, las procesiones, los redobles de tambores, el ondear de las banderas y el colorido del espectáculo que acompaña a este grandioso acontecimiento puede perdurar durante meses.
Esta rivalidad se mantiene desde hace más de 700 años, las carreras están dedicadas a la Virgen de la Asunción, en alguna ocasión se han celebrado "carreras especiales", para conmemorar acontecimientos tales como el fin de la segunda guerra mundial o la llegada del hombre a la luna.
La carrera muestra la gran rivalidad entre las "contrade" (cofradías), de los distritos similares a parroquias en las que la ciudad ha estado dividida desde hace siglos. Actualmente existen 17. Cada contrade tiene su propia iglesia, club social, emblema heráldico, museo, bandera y un animal simbólico. La lealtad a la contrade es absoluta y se defiende hasta donde haga falta... Solo puedes ser bautizado en la contrade que perteneces.
Las únicas diez Contrade que participan en el Palio se eligen por sorteo. Los jinetes de las restantes
Contrade acompañan al Carroccio (carroza), que lleva el Palio en la procesión previa a la carrera. Este desfile es precisamente donde pueden dar sus frutos las trampas relacionadas con la carrera.
Todas las Contrade son totalmente independientes, pero también es cierto que cada una tiene un rival a batir, y el entrenamiento va destinado tanto a conseguir la victoria como a humillarle.
Se forjan alianzas y se ofrecen sobornos. Se llega a dopar a los caballos y se han dado caso de secuestros de caballos o jinetes. Por esta razón, ambos son vigilados día y noche.
El sacerdote de la Contrade bendice en las iglesias y entona el " Va ' e torna vincitore" (ve y vuelve vencedor).
Hacia las 19.00 horas, todos los caballos, salvo uno, se reúnen dispuestos a iniciar la carrera. Ésta empieza cuando el jinete separado carga contra sus rivales. A partir de ese momento, todo vale.
Solamente se aplica una norma, que los jinetes no agarren las riendas del otro corredor.
La carrera es frenética, veloz, violenta, y muy peligrosa, tanto para jinetes como para caballos.
la victoria se celebra durante meses, y la derrota es recordada de por vida. Es algo con lo que los jinetes tienen que vivir.
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