Bajo la caótica y bulliciosa ciudad Partenopea encontramos otra Nápoles, en la que encontramos un resumen de siglos de historia.
Un complejo de entramados túneles y cuevas, en el que podemos disfrutar de grandiosos restos de arquitectura clásica Griega y Romana, desde un teatro que hoy día se puede acceder desde una casa particular y donde dice la leyenda que el "Gran Nerón deleitaba a sus admiradores",
Los primeros restos datan de hace más de 5.000 años hacía el final de la era prehistórica.
Sobre el siglo III los griegos abrieron las primeras canteras para extraer bloques de Toba y cavaron para crear un soterramiento.
Bajo el cementerio de Santa María Lamentos, encontramos unas cantera Griega de más de 40 metros de profundidad, descubierta en 1987.
La llamada cueva de sportiglioni (murciélagos) fue utilizada como osario en dell' infaustissina (año de la peste) en 1656.
El impresionante desarrollo de la red de metro empezó en la época Romana, en concreto en la del( gran emperador Augusto), dotó la ciudad de galerías (cocceio cueva de Sejano), y una espectacular y compleja red de acueductos, que llegan hasta 70 kilómetros de Nápoles,
se acercó a Miseno para alimentar a la "Mirabilis" (piscina) que era el deposito de agua de la flota Romana.
Encontramos túneles en todas las direcciones con el objetivo de fuentes de alimento a las viviendas en diferentes zonas de la ciudad.
Ya en la segunda Guerra Mundial, fueron utilizados como refugios antiaéreos, para protegerse de los encarnizados ataques a la que fue sometida la ciudad.
En algunas galerías podemos apreciar los escalofriantes restos de los refugiados, y mensajes de socorro escritos en las paredes. Aunque lo más impresionante y a su vez curioso, se puede apreciar un tanque Nazi.
Se trata de una excursión imprescindible al visitar Nápoles.
Piazza San Gaetano, 68 (Napoli)
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